Por David Rodríguez
Vicepresidente del Instituto AMAGI
1. ‘Trabajar para el país es trabajar para uno mismo’
Tomando la granja como una metáfora para Costa Rica y personificando a los animales y por lo tanto poniendo a los humanos como los poderosos o para usar jerga propia de la izquierda ‘los burgueses’ y a los animales personificados como ‘el proletariado’; podemos hacer una similitud entre el libro y la situación costarricense. En Costa Rica mediante el sistema tributario y en especial en la actualidad con el plan fiscal; se impulsa este modelo en el cual uno trabaja entre otras cosas para poder tributar al Estado y de tal manera todos se benefician. Dado el sistema tributario esto es una farsa, sin embargo voy a enfocarme en un personaje en especial: Boxer el caballo (que hace alusión a Stakhonovite: trabajador emblema de la URSS, usado como modelo para los demás trabajadores). Boxer era el más trabajador, el más eficiente y el más esforzado. Sin embargo su producción daba apenas para su mínimo existencial y condecoraciones vacías. Napoleón le intentó vender la idea de que el nuevo sistema era tan sublime que trabajar por el mismo era trabajar para uno mismo. Boxer trabajo como ninguno, fue prácticamente culpable de algunos de los éxitos del nuevo sistema y su único premio iba a ser su retiro; sin embargo a poco tiempo para retirarse se enfermó y el líder Napoleón dijo que lo mandaría al mejor veterinario pero en lugar lo mando a un matadero donde se vendió su carne como alimento para perros. Esta triste metáfora ilustra de manera simbólica la triste realidad que aqueja a Costa Rica. Veamos el impuesto a las zonas francas por ejemplo; mucho del gasto del gobierno se debe a las ganancias que ha dejado la inversión extranjera; por ejemplo por cada colón que se le exonera a una empresa de la zona franca la misma deja ocho colones en el país (Procomer)1 y aún los que lo desmienten todavía dicen que por cada dólar se quedan $5,8 en el país2. Por lo tanto son entes extremadamente productivos en beneficio del país sin embargo ahora se desea emplear un impuesto municipal a las mismas; en efecto hay una falta de reconocimiento de la eficiencia y la productividad de estos entes. El individuo emprendedor como tal se ve sólo como un medio para financiar el gasto público que es excesivo y tilda de despilfarrador. Trabajar para el país en efecto fue una mentira que se ha vendido y a minimizado el beneficio marginal para muchos emprendedores costarricenses.
La mayoría de los animales incluyendo Bola de Nieve que dado su idealismo de verdad trabajo por su ideal; fue ejecutado y declarado un traidor. Las ovejas y gallinas que salvaron mediante su producción al sistema terminaron siendo ejecutadas por cuestionar el sistema. Es un caso relativamente parecido en Costa Rica; los individuos son vistos como medios de producción para el sistema gubernamental pero el mismo los ‘ejecuta’ mediante la inflación y demás impuestos. Incluso los menos favorecidos que en teoría son lo más favorecidos por la índole redistributiva del sistema gubernamental terminan siendo perjudicados en efecto por estos impuestos y por lo tanto por la inflación monetaria y la inflación de precios. Sin mencionar que el despilfarro ha llevado a que incluso aspectos como el sistema de Seguridad Social (CCSS) y el sistema de pensiones se vean en este momento amenazados. Y bien sabemos que el aumento de la tasa impositiva no es la solución a este problema; sino el gasto público. Lamentablemente mucho del gasto público se va en beneficiar a una élite incluyendo los líderes políticos, sus amigos y demás miembros burocráticos que lucra de manera absurda.
2. ‘Hay personas más inteligentes a las que se les debe delegar el poder’
Esta teoría de que la masa es no pensante (lo cual es cierto) y que por lo tanto debe ser liderada por los líderes hábiles que saben lo que le convienen; es una mentira. En la Granja de Animales; los cerdos elitistas con esta justificación gobernaban y se daban una vida de lujo a costa del resto de los animales. Es muy sencillo, el Estado no sabe lo que le conviene al individuo; por una razón muy simple: ‘‘Sólo el individuo piensa, sólo el individuo razona y sólo el individuo actúa’’ (Ludwig Von Mises). Los individuos no necesitamos un líder que piense por nosotros; puede que haya un acuerdo entre los individuos para algunas cosas limitadas y básicas que se requieren del Estado, pero empoderar al líder político para que piense por nosotros; acaba con un líder totalitario como Napoleón. El comercio es algo que los individuos podemos hacer por nosotros mismos por ejemplo mientras que si como en el libro esto se le deja a la élite política la misma vera como beneficiarse. Tal fue el caso cuando los cerdos cambiaban los Siete Mandamientos para justificar los privilegios que se auto proclamaban con la frase ‘‘Todos somos iguales pero algunos somos más iguales que otros’’. El poder para ser delegado tiene que ser por motivos de objetivos especifícos que no comprometan las libertades básicas de los individuos. En efecto algunos tiene la capacidad técnica teórica para ejercer mejor algunas funciones sin embargo confiar en el intelecto de un líder ciegamente es un error; así lo fue con Napoleón. El poder corrompe ¿es lo ideal ser liderado por corruptos?
3. ‘El colectivo es justo y busca la igualdad y el bienestar entre todos mediante la centralización del poder’
Haciendo alusión a la previa cita de Mises, en efecto el colectivo no es nadie; es una generalización de los patrones de los individuos y de múltiples individualidades como tal. Recaer en las bondades del colectivo es por lo tanto sinónimo de desorden. Por lo tanto se debe recaer en una sociedad más libre donde los individuos son más responsables de sí mismos y voluntariamente logran relacionarse con beneficio mutuo entre sí. Al menos que veamos la igualdad como la miseria de los menos favorecidos la cual aumenta con exclusión de la élite asociada de manera directa o indirecta al Estado; el mejor grado de igualdad es sinónimo de una libertad individual generalizada en la que se puede conceder algunos principios de consenso como el derecho al acceso a la educación; sinónimo de una igualación de oportunidades. Dado que el problema no es la desigualdad; si Bill Gates hace una fortuna ‘‘la desigualdad de ingresos aumenta-pero también lo hace la calidad de vida en general’’3 (Peter Schwartz). Bien decía el mismo Schwartz: "No me importa la desigualdad, porque no soy envidioso. Me importa la pobreza. " - Peter Schwartz. Y este es el caso que se ejemplifica en Costa Rica y en el libro. Por ejemplo habiendo hecho la personificación de los animales y viendo a los humanos como ‘los burgueses’ y a los animales como ‘el proletariado’; podemos ver que en efecto la concentración del poder por la fuerza; en otras palabras el régimen totalitario de la élite, es inmoral y no está justificado. Por lo tanto los ‘animales’ tiene el derecho a rebelarse en contra del sistema. Sin embargo la colectivización fomenta a que sólo se popularice la pobreza. Bien decía Carlos Alberto Montaner: ‘‘''Tienen razón los ‘indignados’ al protestar cuando se socializan las pérdidas y se privatizan las ganancias. No la tienen cuando se irritan por las diferencias de ingresos. '' Y este es el caso del libro tanto los humanos como los cerdos privatizaron las ganancias; y en ambos casos socializaron las pérdidas.
En conclusión dado que Costa Rica muestra síntomas del modelo de los humanos como el de los cerdos; cuesta más radicalizar la problemática en el contexto costarricense. Por lo que en países como Cuba lo ejemplificado en el libro es una realidad, en Costa Rica es un símbolo de una situación progresiva hacia una realidad de esta índole. Sabemos que la Rebelión en la Granja es una novela alegórica sobre la situación de la URSS, aplicable a Cuba y a muchos otros países. Sin embargo Orwell ilustra a este cerdo Napoleón que no es exclusivo de estos países; sino más bien muestra de un sistema que atenta contras las libertades básicas. Es importante que este libro independientemente de la ideología de las personas sirva como una alarma en contra de la concentración del poder de la cual nadie se beneficia. Aún cuando en las situaciones adversas los animales decían ‘por lo menos somos libres’; Orwell finaliza la historia diciendo que los cerdos y los humanos al final eran difícil de diferenciar.
Referencias
Orwell, George. Animal Farm. 1945. Harmondsworth: Penguin Books.
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