14 de agosto de 2011

Café y Libertad: La inconsistencia teórica de Hacienda

EDITORIAL
Bien decía George Orwell que el lenguaje político parece sólido, pero en el fondo sólo es inconsistente y fácilmente se lo lleva el viento. Esa es la situación de algunos Diputados a la Asamblea Legislativa; y nuestro ya, múltiplemente criticado, Ministro de Hacienda. Como si fuese una predicción propia de una bola de cristal, la semana pasada este Editorial tocó el tema de que aumentar impuestos y gastos no soluciona nada y más bien lo agrava. Bien, sin perder tiempo al día siguiente la mayoría de diputados aprobaron alegremente un impuesto único anual -y cobrado en dólares para que no se devalúe- a todas las sociedades mercantiles del país y empresas individuales de responsabilidad limitada.

Los diputados que apoyaron el proyecto y Hacienda han manifestado una serie de argumentos inconsistentes que según ellos legitimaría el proyecto. Sin embargo, como se verá a continuación, son fáciles de refutar.

1.    Las PYME están exentas. El problema principal de este argumento es lo que se define concretamente como PYME (pequeñas y medianas empresas). Para estar exento de este impuesto hay que inscribir la sociedad ante el Ministerio de Economía. Como si no fuera suficiente hacer un engorroso trámite más, hay que agregar que muchas PYME no conocen este requisito y a otras, por su naturaleza operativa, no se les hace conveniente buscar esa calificación. Todo lo anterior sumado a que, de todas maneras, el criterio de aceptación por parte del Ministerio de Economía es bastante arbitrario.

2.    El tributo es para financiar la seguridad ciudadana. En efecto lo recaudado se destina directamente al Ministerio de Seguridad. Pero, ¿y eso qué? Resulta ser que el Ministerio de Seguridad sub-ejecutó su presupuesto el año pasado. Y todavía más, una parte muy importante del presupuesto de seguridad se destina al combate de la fallida “guerra contra las drogas” y no en el combate a los crímenes reales. Si se quisiesen más recursos para prevenir asaltos, las autoridades tienen un lugar de dónde se pueden conseguir ese dinero. Aun así, el problema de la seguridad no se resuelve contratando más policías mal pagados. Las autoridades en realidad tienden a ser eficientes en la captura de sospechosos, pero son igual de eficientes en dejarlos en libertad. Están buscando la solución en el lugar equivocado.

3.    Es justo que los “ricos” paguen más. Como se demostró en el primer punto, es falso que sólo los más pudientes de la sociedad vayan a pagar este impuesto y si fuese así tampoco es razón para apoyarlo. Contrario a la creencia popular, aumentar impuestos no necesariamente significa mayores ingresos para el gobierno. Recordemos que si gravamos al grupo de mayores ingresos, ese grupo tiene los medios para ir a otro país o evadir impuestos por medio de portillos en la legislación. Además tampoco es moral convertir a ese grupo socioeconómico en los esclavos del resto de la sociedad, quienes pagan los platos rotos de otros. Aunque puedan pagar más que otros, eso no lo hace moralmente correcto.

Como se pudo demostrar, diputados y Hacienda han emitido una serie de falsedades al país. Argumentos débiles que no sólo son deshonestos, sino que pueden demorar el crecimiento económico de la nación y afectar directamente a grupos de menores ingresos, tanto a empresarios que se les hará más difícil cubrir sus costos, como a trabajadores que puedan ser despedidos por esos mismos empresarios.

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