6 de junio de 2011

El monopolio de la Junta de Protección Social debe y debió caer

Por: David Rodríguez Suárez
Director de comunicación el Instituto AMAGI


La Asamblea Legislativa rechazó el expediente 17 311 con el cual se pretendía romper el monopolio sobre la lotería y las rifas que tiene la Junta de Protección Social; al proteger los derechos de los vendedores de las mismas y despenalizar la ventas informales de estos bienes.  El diputado Victor Hernandez Cerdas afirmó que voto de manera negativa dado que:
‘‘hay enormes empresas detrás de este negocio ilícito y prohibido, que dan trabajo sí, pero que se quedan con enormes ganancias y no cotizan las cargas sociales’’.
¿Por qué existe este monopolio? ¿Por qué el Estado es el único garante de un bien que el mercado puede proveer de manera más eficiente?
Hay múltiples ejemplos de oferentes de los bienes de lotería y rifas alrededor del mundo; que de manera eficiente ofrecen grandes premios a un bajo costo del tiquete. Muchas sociedades ven esto como algo normal y creen que el mercado de la probabilidad debe ser un libre mercado; sin embargo en Costa Rica hay un monopolio que penaliza cualquier otro oferente de este bien. Usando como justificación que solo la JPS contribuye a las cargas sociales. Pero si vamos a justificar estos monopolios de bienes que perfectamente pueden ser privados; mediante el argumento del Estado benefactor, no es radical asumir que de esta manera se puede justificar eliminar el mercado como tal.
Si de esta manera la sociedad se beneficia mediante la redistribución de esos ingresos; muchos argumentarían que esta actividad se debe expandir dentro de los países. Sin embargo el problema es que eso es una falacia, ya que no sólo no es responsabilidad del Estado ‘redistribuir’ la riqueza, sino que el mercado de estos bienes se vuelve ineficiente. Además la relación entre la ‘redistribución de la riqueza’ y el mercado de la lotería y las rifas es una falacia. Nada tiene que ver uno con el otro.
Penalizar a las ventas informales de estos bienes es una violación directa de la libertad comercial. Se estimula el desempleo al prohibir una fuente de empleo como lo sería la de la expansión y liberalización del mercado de la lotería y las rifas. Con que cara le dice el Estado a alguien que lucha por subsistir mediante la venta de estos bienes que provienen de un oferente diferente a la JPS; que no puede vender lo mismos porque ‘no es justo’. La injusticia es la prohibición del comercio sano, la prohibición de la producción, la prohibición del comercio. Si el mercado tiene una demanda que quiere un oferente que redistribuya sus ganancias, entonces la JPS no tiene de que preocuparse porque solo se demandarán sus bienes. Si este no es el caso, es porque los consumidores demandan algo diferente; por lo que el monopolio violenta la libertad comercial de manera clara.
De tal manera que se debe ejercer presión para romper este monopolio; si nuestros consumidores quieren que el oferente de lotería y rifas de sus ingresos a las cargas sociales, entonces la JPS nunca va a tener competencia seria. Si este no es el caso es porque el monopolio actual es una coerción. Si la lotería y las rifas privadas lucran por algo será.

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