21 de marzo de 2012

Ley antitabaco: Me opongo

Por: David Rodríguez Suárez
Vicepresidente del Instituto AMAGI

Bueno la sala IV mostró su inutilidad y consideró que la inconstitucional ley antitabaco es ‘constitucional’ ni me voy a molestar en entrar en cómo se procesó el razonamiento falaz de la misma. Prefiero darles la única posición moral que hay con respecto a esta ley. No me importa si me gano insultos o no pero la verdad hay que decirla y bueno aquí vamos.

Uno de los puntos de esta ley será prohibir el fumado en los espacios públicos (paradas de autobuses, terminales de trenes, etc) dónde hay un caso para tal legislación; sin embargo es claramente impráctico en muchos lugares (unidades de transporte público y demás si es relativamente práctico). Pero bueno este punto no lo voy a discutir, muchos espacios públicos me parece a mi serían imprácticos para hacer respetar esta ley; y la multa me parece algo ridícula no sólo porque es desproporcional sino porque simplemente es un tanto exagerado.

Pero esta ley es propia de una dictadura. La dictadura del Estado Niñera.

Se prohíbe fumar en bares, restaurantes y centros comerciales. ¿Por qué no dejar que los propietarios decidan lo que se hace en su local? ¿En su propiedad privada? Muchos ya lo han hecho y los otros lo harán en torno a la demanda que ejerzan sus consumidores. Hay un proceso de autorregulación que sucede en este caso.  Y bueno habrá lugares para fumadores. ¿Qué tiene de malo? Yo he fumado, no soy fumador pero bueno en algunos casos me he fumado unos cigarrillos. Pero no fumo, no me gusta el vicio ni soy adicto. Pero no creo en quitarle el derecho a alguien a fumar. No creo yo que haya que hacer una distorsión de mercado. Decía Mitt Romney que las corporaciones también son personas; y muchos se reían de esto. Pero señores excluyendo el hecho de los privilegios y demás distorsiones de mercado a favor de la corporaciones que el Estado haya podido haber hecho, este señor a quien lo único que le admiro es su éxito empresarial; tiene razón. Muchas personas trabajan para corporaciones, muchas tabacaleras crean riqueza y por lo tanto empleo. Además el cigarrillo deja ganancias a muchos bares y restaurantes ¿por qué golpean sus ganancias? Hablamos en contra del desempleo pero ¿lo promovemos?

Curioso hecho es el que veo cuando más de uno clama con vigor que tiene derecho al ocio, derecho a ir donde le plazca sin estar rodeado por tabaco. ¿Quién se cree quien haga tal afirmación? Los derechos son los derechos naturales y entre ellos está la propiedad privada. Dentro de la propiedad privada si yo quiero permitir el fumado lo hago. Si alguien me lo impide ‘‘porque tiene derecho a nunca tener un cigarro cerca en cualquier lugar donde decida ejercer su supuesto derecho al ocio’’ esa persona tiene una actitud déspota. Realmente hay una tiranía de las mayorías todo en nombre de la salud. Los ministros de salud se han vuelto tiranos. Este impuesto a los cigarrillos costará empleos y ganancias y no sólo dentro de las corporaciones sino en los pequeños locales.

¿Somos tan inseguros que todos tienen que hacer lo que digamos? Si es así, individuo que lee lo que escribo. Ni te acerques al Estado. Porque no sabes ni para qué sirve el Estado ni respetas a los demás.

Yo no soy fumador pero creo que el mercado tiene derecho a dar espacios donde la actividad sea posible. Defiendo el ‘derecho a fumar’ que en este caso es el derecho a la propiedad privada. Vaya, si soy un radical.

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