8 de enero de 2012

Veritas: El liberalismo no es contrario a la religión

EDITORIAL
Una injusticia hecha al individuo es una amenaza hecha a toda la sociedad.” Charles-Louis de Secondat (Montesquieu)

Entre los diversos ataques que recibe el liberalismo por parte de muchos sectores, están a aquellos de los grupos religiosos. Y no es para menos, una ideología que promueve la búsqueda de la felicidad como un derecho fundamental, cree que cada individuo es dueño de su propio cuerpo y no ve motivo para entrometerse en los dormitorios de las personas, no le ha de llamar a la atención a quienes creen que es función del Estado dar protección especial a lo que se consideran “valores tradicionales”.
Sin embargo, esa es tan sólo la mitad de la historia. Si hay algo en lo que todos los liberales concuerdan es en el respeto por las decisiones de los demás, incluidas las libertades religiosas. Durante el siglo XIX los llamados liberales de entonces (un liberalismo muy a la francesa que ya pocos defienden ahora), aprobaron leyes para permitir el divorcio y el matrimonio civil, muy bien, no se puede forzar a una persona a someterse a un contrato bajo una institución en la que no cree; no obstante, también tomaron medidas que restringían el ejercicio religioso de los católicos y eso ya no es liberal.
El liberalismo es laico en cuanto a la función pública. El Estado no ha de tener una religión oficial, no debe financiar ningún culto y las congregaciones deben ser iguales ante la ley. Pero el liberalismo tampoco cree en forzar el laicismo en la vida de las personas. No cree en una guerra contra la religiosidad. No cree en evitar que las personas lleven cruces, velos u otros símbolos en la calle.
Es claro, la Iglesia Católica no debe impedir que se enseñen variaciones sexuales en los programas educativos, pero el Estado tampoco lo puede imponer. Las escuelas deben definir sus propios modelos, los padres deben ser libres de elegir la que mejor les parezca y los hijos deben tener acceso a otras fuentes de información cuando así lo deseen.
¿Por qué el liberalismo apoya las uniones civiles de parejas del mismo sexo? Porque son un contrato voluntario y no se le puede negar a dos adultos consintientes, incluso las parejas heterosexuales deberían tener más libertad de decidir que involucra dicho contrato y sí llamarlo matrimonio o no. En temas como el aborto ni siquiera hay un consenso entre liberales, una muy buena parte son fervientes activistas “pro-vida”.
¿Entonces a quién representa el liberalismo? No representa a aquellos en contra de los católicos, los evangélicos, los judíos, los musulmanes, los agnósticos o quien sea. Representa a aquellos en contra de que una institución (sea el Estado, la Iglesia u otra) o una persona le ordene a alguien cómo es que tiene que vivir.

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