25 de diciembre de 2011

Veritas: La desgracia del comunismo prevalece en Corea del Norte

EDITORIAL
Los planes difieren, los planificadores son todos iguales.” Frédéric Bastiat

Entre las más grandes desgracias del colectivismo está el hecho de tener que sacrificar nuestra voluntad individual de no querer arrodillarse ante la estatua de un tirano, para no enfrentar la tortura y la muerte. Es la lamentable realidad de una nación asiática.
Con la esperada muerte del “querido líder” -al menos así están obligados a llamarlo los norcoreanos-, la República Popular Democrática de Corea se vuelve a colocar en la mesa de discusión política. Es claro que no es por su democracia ni por la popularidad de las medidas que se toman en esa prisión, sino porque además de que ese país ha quedado aislado del resto del mundo moderno, representa un peligro latente para el resto de la comunidad internacional.
En el Instituto AMAGI estamos convencidos de que la solución jamás será invadir Corea del Norte. Dicha medida causaría un despliegue militar nunca antes visto, que eventualmente desembocaría en una sangrienta guerra, además de atentar contra los principios de una política exterior no-intervencionista. En eso somos claros. Pero también reconocemos que en realidad las sanciones, la diplomacia y el diálogo poco le han importado a Pyongyang. En los próximos días estará emergiendo de las sombras un nuevo todo-poderoso dictador, que con un ejército altamente calificado y armas de destrucción masiva, continuará el encarcelamiento y la adoctrinarían de millones de norcoreanos.
Las soluciones para recuperar la libertad en Corea del Norte se ven muy limitadas. El régimen se ha encargado de poner una barrera a la información que proviene del exterior y por medio del sistema de educación -evidentemente estatizado- insertan en las personas una serie de mentiras que ni el mismo George Orwell pudo haber imaginado. No obstante, en AMAGI creemos que existe un componente más fuerte que las imposiciones de cualquier dictadura y eso es la libertad individual.
Corea del Norte se encuentra en una severa crisis económica y si bien puede que las medidas autoritarias en materia de derechos humanos no cambien en el corto plazo, sí es posible tener esperanza de que esa nación busque medidas de libre mercado para solucionar los graves problemas que enfrenta. Entre más y más personas dejen de depender del Estado e ingresen a una nueva clase media, lucharan a lo interno para cambiar las condiciones políticas opresivas. Así sucedió en Chile, está próximo a suceder en China, se avecina en Cuba y se desea para los norcoreanos.
Por el momento no hay más que estar pendientes de la poca información que se pueda recibir de ese país. Los defensores de la libertad en el mundo deseamos de todo corazón la liberación del pueblo norcoreano.

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