23 de agosto de 2011

Camino de servidumbre… ¡estamos en él!


Por Daniel Schuster
Dirección y Redacción Editorial, Instituto AMAGI
 
 
Hace ya bastantes décadas Friedrich Hayek, brillante científico social austríaco, escribió un libro titulado “Camino de Servidumbre”. En su exposición Hayek argumentaba cómo la intervención económica, devenga en planificación central; entonces el gobernante no se limitaba únicamente a planificar le economía, planifica lo que se debía leer o escuchar, luego la recreación y finalmente hasta la propia muerte. Este totalitarismo que algunos ven exagerado parece ser la realidad futura de Costa Rica.
 
La intervención, la coerción estatal, en asuntos privados (económicos, sociales, religiosos, etc.) parece ser el arma astuta que algunos pretenden utilizar para “resolver” los problemas que no le incumben al Estado. Quizá con buenas intenciones, pero quienes defienden ese tipo de políticas no se dan cuenta del daño que hacen. Esta última semana nos puede brindar dos ejemplos de lo que me refiero.

El Ministerio de Economía (MEIC), máximo ente burocratizador y regidor de la regulación arbitraria, impuso una multa sobre una empresa privada por “prácticas monopolísticas”. La justificación fue que la compañía de electrodomésticos compró a uno de sus competidores. ¿Pero no es qué los liberales no creen en los monopolios?, preguntaran algunos. Pues claro que no creemos en ellos, pero un monopolio es prácticamente imposible en un mercado libre, cosa que de seguro no tenemos hoy. Para reforzar mi tesis, la misma comisión del MEIC que impuso la sanción, recomendó al Poder Ejecutivo bajar aranceles para la importación de esa clase de aparatos eléctricos. Quiere decir que no había tanta libertad en el mercado, sumado a las múltiples de regulaciones que hay para iniciar una empresa y competir. Pero hay más, ¿qué pasaría si un funcionario de esa comisión fuera a su vez empleado o dueño de una empresa que compite en el sector? Esa clase de ordenaciones arbitrarias, en lugar de cumplir su misión, pueden convertirse (y se convierten) en formas de lograr privilegios especiales.

Ahora bien, el Ministerio de Hacienda (MH) y el Ministerio de Seguridad continúan su campaña propagandística para tomar más de los ingresos legítimamente ganados de los costarricenses. Pero lo increíble en todo esto, es que otra de las famosas comisiones del MEIC va a definir, por medio de otro criterio dudoso, qué es y qué no es una pequeña o mediana empresa y si debería estar exenta del impuesto. En otras palabras, empresas pequeñas pueden terminar pagándolo y empresas grandes no. Acuérdense de mí si algo es titular de las noticias. Eso claro, no elimina la inmoralidad del impuesto como un todo, que a estas alturas ya pasa a la categoría de confiscación despótica de la propiedad privada.

Hayek tenía razón, cada vez más estamos cerca del socialismo (contrario a acercarnos al liberalismo al que algunos intentar culpar de los males). Al MEIC y al MH ya se les ha conferido un poder económico muy grande, que está obvio, en manos de los políticos. Ese poder debe ser desconcentrado en manos de los individuos, quienes como consumidores libres, escogen ganadores y perdedores. Sí de destruir una empresa se trata, no hay nada mejor que el mismo mercado, que somos todos. Cualquiera que defienda la libertad (liberal o no) debe de difundir este mensaje, antes que lleguemos a la servidumbre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios

Add to Google