6 Pasos Para Reconocer A Un Pragmático

Por: John Paul Fonseca Álvarez

Director Ejecutivo del Instituto AMAGI

“Rechaza la existencia de verdades absolutas, o lo que es lo mismo, significados invariables; las ideas son provisionales y están sujetas al cambio a la luz de la investigación futura.”

En pleno Siglo XXI, algunos se preguntan: ¿para qué necesitamos las ideologías?, ¿sirven de algo los ideales? Personalmente creo que sin duda alguna son muy necesarias y reveladoras de quien las defiende o ataca. Sin embargo día a día, los ciudadanos dejan de creer en sus políticos, dejan de creer en sus partidos y por último dejan de creer en corrientes de pensamiento.

La política hoy en día asume “El Fin de la Historia” y se dedica únicamente a una adecuada comunicación política y mercadeo de lo que “el pueblo” quiere escuchar. Si bien la forma en que se vende el mensaje es muy importante, el mensaje es fundamental. Estos “indignados”, desencantados con la política y lo que representa, creen que la misma no les afecta o dudan de las soluciones que se forman en corrientes de pensamiento o partidos. Pero no es fácil saber si alguien llena todos estos requisitos, además no siempre la gente es lo que dice. Muy humildemente paso a describir cosas que considero características de ese personaje tan común en la política de hoy, EL PRAGMATICO.

 1)      El pragmático odia las etiquetas, cree que las mismas son odiosas y que encasillarse es algo que él no puede dejar pasar. Un análisis del pragmático nos hará darnos cuenta que el ser tan duro en defender su pragmatismo, lo hace otro seguidor de una corriente de pensamiento.

 2)      No es de izquierda ni de derecha, para él las ideologías son cosa del pasado. Dicen: “es hora de consensos”, “no hay verdades absolutas”. Pues descubren el agua tibia, en cuanto en política el consenso es necesario y pues claro todo es sujeto a verificación. El problema es cuando algo exitoso no se acepta como tal por miedo a las etiquetas.

 3)      Odia a los políticos, las clases dirigentes. Vemos aquí en general un cierto sentido de resentimiento, envidia, o de molestia, como vimos anteriormente el pragmático en general sabe que es lo que está pasando y cree saber la solución, le parece inadmisible el que a alguien se le pague o viva de algo que él sin ningún esfuerzo sabe.

 4)      No tiene partido político. Vemos aquí el común denominador, usted podrá tomarse el tiempo de oler a quien apoya, en general se sabe fácilmente. Es a quien no ataca. El pragmático ataca en general una cierta cantidad de conductas o prácticas de un grupo o grupos, pero a otro no lo toca, ese grupo amigo lector es el partido del pragmático. No dude que pese a lo difícil que sea el saber a quien apoya el pragmático es la forma más fácil, ya que el mismo ni bajo tortura se dirá afiliado a algún partido.

 5)      Opina en todos los foros y usa palabras rimbombantes. Una característica ineludible del pragmático, este opina donde pueda, sea redes sociales o grupos de discusión. Es en teoría una persona “culta”, sabe palabras de diccionario y no le temblará la mano para utilizarlas. Es amante de desacreditar a sus rivales por cuestiones como el “uso de falacias”, faltas ortográficas o cualquier salida de forma que sin duda, no discute el fondo del asunto. Este cuando se ve atacado por su fácil escape de la discusión se sentirá lastimado porque se le ataca personalmente. Cuidado amigo lector, en este caso no le siga la corriente como se dice.

 6)      Y por último no lo trate de convencer, no gaste recursos, osea su tiempo.  Sé que puede ser divertido,  sé que es más intrigante que discutir con alguien que piense igual a usted, pero por su bien, le recomendamos evitarlo.

Si usted amigo lector se considera pragmático, pues le deseo personalmente buena suerte. Es posible que usted sea una persona culta, trabajadora y que en la vida le irá muy bien. Pese a que algunos consideramos que la vida se basa en pasiones con razones, y no en la búsqueda eterna de los consensos, es usted libre de ser un pragmático. Sin embargo sí le pido, sinceramente, que no trate de desacreditar a quienes creemos en algo.